Mi perro es maravilloso, pero me ignora en la calle ¿cómo solucionarlo? | Huellitas, Clínica Veterinaria en Copiapó

Mi perro es maravilloso, pero me ignora en la calle ¿cómo solucionarlo?

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Entendamos primeramente el origen del problema.

Todo comienza en el cerebro del perro, específicamente en la corteza cerebral y en el sistema límbico.

Si ya estabas sorprendido por lo complicada que es la mente humana, tienes que saber que la de los perros también tiene sus complicaciones.

Hay toma de decisiones, efectos por estrés, dudas, reacciones emocionales, etc.

No los verás fumando con el pretexto de que lo necesitan para relajarse o publicando frases de éxito o despecho en Facebook, pero en su mente existen situaciones y procesos que hasta cierto punto, son similares a los nuestros.

Tanto la corteza cerebral como el sistema límbico, se componen de varias partes muy importantes del cerebro y participan en una gran cantidad de procesos cerebrales, pero veamos a continuación una explicación reducida y limitada a lo que nos interesa en este momento…

La corteza cerebral

Es en donde se gestiona todo lo relacionado al aprendizaje, a la resolución de problemas y a la toma de decisiones.

Esta se estimula cuando un perro se mantiene concentrado en tareas, cuando debe resolver algo (como cuando ocultas trozos de comida para que los encuentre), etc.

El sistema límbico

Es en donde se gestiona todo lo relacionado a las emociones, memoria y agresividad.

Se estimula cuando hay emociones fuertes, situaciones de estrés, etc.


La corteza cerebral y el sistema límbico trabajan juntos, colaboran entre sí para definir el efecto final que veremos reflejado en respuestas conductuales.

Es como si la corteza cerebral “pregunta” al sistema límbico su “opinión emocional” sobre determinada información recibida y es en la corteza en donde se toma la decisión final sobre lo que se hará.

Todo bien con eso, pero hay un pequeño problema y es que existe una relación inversa entre ambos que ocasiona que se inhiban entre sí.

Si el perro recibe estímulos emocionales demasiado intensos o vive demasiadas situaciones de estrés, no será capaz de pensar en forma clara, tendrá problemas para aprender, tomará decisiones “más emocionales” y definitivamente no hará caso…

Si de lo anterior extraemos lo que nos interesa en este caso, podemos concluir lo siguiente:

Ante demasiados estímulos emocionales, existe una enorme probabilidad de que un perro no haga caso.

Se dejará llevar por las emociones…

Muy parecido a cuando un adolescente hombre se encuentra en estado de ebriedad, es decir, con su razonamiento bastante ofuscado y sus sentimientos alterados.

Aunque sus amigos le digan que NO lo haga, a las 3 de la mañana se le puede ocurrir la genial idea de contactar a su exnovia (que ya está casada y tiene hijos), para decirle que la ama y que no puede vivir sin ella.

No es exactamente lo mismo, pero es algo bastante parecido.

¿Qué sucede cuando tu perro sale a la calle?

Recibe una enorme cantidad de estímulos emocionales, porque sin duda para él es extraordinario ver muchos árboles, espacios más amplios, vehículos, escuchar muchos sonidos y sobre todo ver a otros de su especie (especialmente del sexo opuesto).

Es de esperarse entonces que en muchos casos, tu perro simplemente te ignore.

Tú estarás como loco gritando su nombre, sintiéndote avergonzado, pero para él será como si tú no existes en ese momento.

Justo como le sucede a los amigos del adolescente en estado de ebriedad, cuando intentan detenerlo.

¿Existe alguna manera de lograr que eso cambie?

Por supuesto.

Lo primero que hay que hacer, es dejar de pasar vergüenza utilizando solamente su nombre cuando intentamos llamarlo en la calle, en el momento que nos enfrentamos a un episodio en donde comienza a ignorarnos.

Si está muy emocionado, el llamado por su nombre probablemente no dará buenos resultados y estaremos haciendo un esfuerzo en vano.

Es mejor comenzar a entrenarlo para que entienda un comando o palabra clave.

Dicho comando debe estar ligado a suficiente estimulación que sea capaz de competir con toda la estimulación que recibirá en la calle.

Veamos un ejemplo

Supongamos que tu perro se llama Rocky.

Si en la calle comienza a demostrar mucha emoción, la constante repetición de Rocky, Rocky, Rocky por sí sola, puede no funcionar.

Tampoco funcionará que comiences a hablar en “idioma demasiado humano”.

No Rocky, Rocky no hagas eso, Rocky no tires así, Rocky venimos a caminar no a pololear, etc.

Muchos menos funcionará que le agregues “mayor intensidad” a lo que dices, si comienzas a sentirte estresado:

Rocky ct*** hazme caso, perro cu**** no hagas eso, etc.

Recuerda que si en ese momento tú no existes, tampoco existen tus emociones intensas o tus expresiones intensas.

Puede funcionar muy bien si estableces un comando o una combinación de su nombre + comando como las siguientes:

– Rocky venga.

– Rocky detente.

– Rocky stop.

– O puedes usar cualquier otra palabra.

Esos comandos o combinaciones de su nombre + comando, requieren de un trabajo previo.

Tienes que practicar…

Debes trabajar junto al bocadillo más exquisito, el que más le guste y darlo como recompensa mientras practicas el uso de la nueva orden.

Lo puedes acompañar de muchas caricias, de expresiones de satisfacción o dándole su juguete favorito.

Cualquier combinación de recompensa es aceptable.

Toma en cuenta que algunas cosas no funcionan con algunos perros, no son lo suficientemente atractivas, pero una combinación que se te ocurra, a partir del hecho de que tú conoces bien a tu perro y sabes lo que le encanta, podría funcionar muy bien.

El perro debe llegar a determinar que cuando tú dices esa palabra o esa combinación de palabras, es porque se viene algo emocionante para él.

Tienes que ser constante e ir repitiendo por varios días la acción, tienes que tener mucha paciencia porque algunos perros requieren más tiempo que otros.

Será gracias a la repetición que tu perro podrá asimilar esa información como una orden que hay que seguir siempre, porque desencadena o provoca algo muy bueno para él.

La práctica la debes ejecutar en casa y luego en paseos cortos. En los primeros paseos luego de comenzar el entrenamiento, puede ser necesario que lleves contigo el premio que fue determinado.

Llegará un momento en que ya no será necesario, tu perro seguirá la orden sin que sea necesario darle el premio.

No lograrás solamente generar una orden que será capaz de competir con las emociones del exterior, sino que gracias a la práctica y al entrenamiento en casa, tu perro estará más habituado a recibir órdenes y estará fortaleciendo la parte de su cerebro que se encarga de la toma de decisiones.

De esa manera es como vas a lograr que tu perro no te ignore y comience a hacerte caso en la calle.

Pero tienes que ser constante.

Si lo vas a intentar, no esperes resultados inmediatos, puede ser necesario practicar muchas veces, incluso durante varias semanas.

Para que no sea un desafío demasiado complicado, lo puedes tomar como parte de una sesión de juego diaria con tu perro, en donde mientras se divierten un momento, tú te relajas un poco y el perro se mantiene aprendiendo el nuevo comando o la nueva orden.

Por último, toma en cuenta que esta no es la única manera de lograrlo, algunos expertos en adiestramiento canino recomiendan varias más, algunos tienen incluso sus propios métodos basados en su experiencia y pueden ser muy distintos, pero en el caso particular de este método, te lo recomendamos porque lo hemos probado y nos ha funcionado muy bien.

¡Pruébalo! será divertido y te puede ayudar a solventar el problema.

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